viernes, 26 de agosto de 2011

Vísperas de La Pasión: el sentimiento se desborda.


La tarde cae lentamente en Cáceres, el sol, vacilón en la mañana del viernes, poco a poco decide ponerse, no sin antes dejar los últimos rayos sobre la ciudad y entregar su último aliento de calor para la primera noche de La Semana.

A las 20:30 horas, siempre a esta hora desde 2001, unas cornetas nos anuncian el final de la espera, los ojos del Cáceres Cofrade, derrochan emoción y ganas de que todo salga bien, el año ha sido duro y hay ganas de cofradías, y parece que la lluvia nos va a dar un respiro en esta tarde después de una semana de incertidumbre.

Poco a poco avanza el cortejo y de una recóndita esquina, salta el clamor de la saeta, como diría Barbeito ... "...pájaro volantón", es la primera que suena en La Semana, y ¡qué ganas de escucharla!, a ver si dentro de ocho días pensamos lo mismo. Hoy los pies no duelen, no hay ganas de sostribarse sobre la primera pared que se encuentra en el camino, todo es alegría y ganas de que el reloj se pare.

Los olores se suman a la fiesta... el azahar (poco, pero algo hay) de los naranjos, las garrapiñadas en la plaza y especialmente el incienso, sí, el incienso que se pensaba que no se iba a poder oler este año y ha llegado.

Y para completar el conjunto, los pasos de los traslados: Jesús a lomos del pollino, el Cristo de la Preciosa Sangre, Jesús de la Expiración, la cruz de guía del Cristo Negro y Jesús de la Entrega: cinco pasos para la tarde del Viernes de más actividad pasionista.