Es algo de lo que prácticamente nunca se habla en las cuestiones cofradieras, pero que resulta de suma importancia. Siempre estamos preocupados por subvenciones, bandas, flores y un sinfin de cosas que, sí, externamente le dan mucho empaque a la Hermandad, no lo niego, pero otros ingredientes como el que indico, acostumbramos a olvidarlo.
Por ello me pregunto, ¿es realmente tan complicado llegar a conseguir que al paso de las Hermandades todos los hosteleros apaguen la luz de sus establecimientos?